domingo, 14 de febrero de 2016


LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO


El mundo avanza a una velocidad vertiginosa, lo que sucede en una región se conoce en el resto del mundo en tiempo real, la información corre por la red y el conocimiento se genera a cada instante. Aquellas sociedades que no se adapten al cambio se van a rezagar, por lo que es importante que realicen las transformaciones sociales, económicas, políticas y educativas pertinentes para ingresar a la sociedad del conocimiento.
“Economías del conocimiento” se utiliza frecuentemente para describir a aquellas economías nacionales o sectores productivos que muestran un mayor dinamismo y crecimiento originado por la producción y el uso intensivo de la información, la tecnología y el conocimiento en la creación de un  valor agregado. Se conjetura que en una economía basada en el conocimiento, el cambio tecnológico y la innovación son los motores que hacen posible la expansión de la actividad económica en tanto que los mismos vayan ligados a una mayor disponibilidad de mano de obra calificada. (Robles, 2008)  Siendo ahí donde tiene cabida el sector educativo, pues requiere planes, programas, estrategias y modelos que se implementen para desarrollar en los individuos las competencias, habilidades, actitudes y valores que se necesitan en esta sociedad del conocimiento. Antaño la educación, la productividad, la tecnología, el conocimiento y la información no se les consideraba un valor real pues no eran tangibles para el hombre y no representaban un valor agregado. En la actualidad son los principales componentes de un crecimiento económico en un país. De ahí surge el interés de las naciones por formar parte de la sociedad del conocimiento, desarrollando estrategias que los catapulte a generarlo en todos sus niveles, invirtiendo en su sector educativo, tecnología, comunicaciones  e innovación.
El término economía del conocimiento fue acuñado por la OECD (1996),  para el conjunto de países industrializados en los que se reconoció al conocimiento como el factor clave del crecimiento económico. Los fundamentos de la economía del conocimiento son la creación, difusión y uso del conocimiento.
Las economías actuales se han ido transformando a un ritmo acelerado, inspiradas en el saber, en el hacer y en el ser de los individuos que las conforman. La mayoría de los gobiernos le están apostando a la educación como el eje principal del desarrollo de las comunidades del conocimiento. La Economía del Conocimiento enfoca la inversión de recursos en la producción, distribución y uso del conocimiento y la información; lo anterior a través de la educación, formación, investigación y desarrollo de programas y planes de estudio en los diferentes niveles educativos, para fortalecer en los individuos conocimientos, capacidades, habilidades, actitudes y valores, pero sobretodo competencias. El individuo debe ser capaz de desenvolverse en el mundo laboral sin ningún contratiempo. La Economía del conocimiento es la que nos prepara para la competencia Global. (López, 2009) aquellas destrezas manuales imprescindibles en la era industrial ahora no son importantes, se requiere un aprender a aprender por toda la vida.
Considerando un mundo globalizado donde la competitividad es un factor principal en el mercado laboral,  se han generado cambios en las estructuras ocupacionales, dándole una creciente importancia a la educación en todos sus niveles. De acuerdo a la sociedad del conocimiento  y la información, el aprendizaje continuo se convierte en una necesidad de primer orden para el individuo a lo largo de su vida. (Krüger, s.f.) Es decir, el aprender a aprender y simultáneamente el aprender a desaprender son primordiales en los ciudadanos de estas sociedades del conocimiento. El individuo debe estar preparado para la constante actualización en el resto de su vida económicamente activa, pues los avances, descubrimientos, e inventos en materia tecnológica, científica y en los sistemas de producción se dan todo el tiempo.

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